Tengo curiosidad, pero ¿qué tipo de curiosidad tengo?
Raquel Salazar (Psicólog@)
17 febrero, 2025
La curiosidad es una fortaleza indispensable en nuestro desarrollo y progreso vital. Es el deseo de saber que nos empuja a descubrir, explorar y aprender sobre el entorno. La curiosidad no es un rasgo único ni homogéneo, y por ello podemos clasificarla en distintos tipos.
¿Alguna vez te has preguntado por qué sientes la necesidad de investigar ciertos temas que para otros pasan desapercibidos? En este artículo, exploraremos qué es la curiosidad, los tipos que existen y el modo en el que puedes identificar cómo se muestra en tu vida.
¿Qué es la curiosidad?
La curiosidad es una inclinación que promueve el desarrollo personal e intelectual continuo, potenciando la capacidad de adaptación al medio, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Además, se relaciona con la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico, facilitando la exploración de nuevas ideas y soluciones.
El interés acerca de la curiosidad ha estado presente durante años. Inicialmente, su estudio se abordó desde la teoría de la motivación, con el objetivo de comprender qué lleva a las personas a explorar el entorno. Posteriormente, se han desarrollado diversas clasificaciones que indican las diferentes formas que tiene la curiosidad de expresarse.
Se ha demostrado que la curiosidad tiene un gran impacto sobre el bienestar, ya que aporta una mayor capacidad de afrontamiento ante la adversidad y una mayor resiliencia.
Tipos de curiosidad
Como hemos mencionado al inicio, la curiosidad no es un rasgo único ni homogéneo, y por tanto las personas pueden experimentarla de maneras diferentes. Existen diversos modos de clasificación, uno de los cuales se muestra a continuación:
La curiosidad perceptual y epistémica
La curiosidad perceptual: responde ante estímulos externos novedosos o inesperados, como imágenes, sonidos o texturas. Está estrechamente relacionada con la exploración sensorial y la interacción con el entorno inmediato. Un ejemplo de ello sería oler un aroma desconocido en la cocina y querer saber qué es lo que se está cocinando.
La curiosidad epistémica: responde al deseo interno de adquirir conocimiento, comprender conceptos, responder preguntas complejas y explorar temas profundos. Se vincula con el pensamiento crítico y la reflexión para una mejor comprensión. Por ejemplo, preguntarte cómo funciona el comportamiento humano e investigar sobre psicología.
La curiosidad dual, amplia y profunda
Puede clasificarse en función de la forma en la que se enfrenta la persona al conocimiento:
La curiosidad dual: surge de la interacción entre la incertidumbre y la sorpresa, expresándose como una respuesta ante algo misterioso. Se produce una combinación entre la necesidad de comprender y la reacción emocional que fomenta la búsqueda de resultados y el aprendizaje.
La curiosidad amplia: se basa en el deseo de investigar sobre una elevada cantidad de temas sin sentir necesidad de profundizar en cada uno de ellos. Las personas muestran preferencia por el conocimiento diverso que por la especificidad.
La curiosidad profunda: responde al interés por investigar de manera detallada un tema concreto.
La curiosidad por interés y por privación
Otra posibilidad de clasificación es diferenciar entre la curiosidad que surge por la necesidad de eliminar la incertidumbre y aquella que se origina por la emoción positiva de aprender:
La curiosidad por interés: surge ante la exposición a información novedosa acompañada de una sensación placentera. Por tanto, se ve motivada por el disfrute generado por el descubrimiento y se relaciona con la creatividad y el aprendizaje autodidacta.
La curiosidad por privación: se origina por la necesidad de reducir la incomodidad provocada por la falta de información. Su objetivo es reducir la incertidumbre y las emociones desagradables producidas en la persona por no saber algo.
¿Cómo identifico qué tipo de curiosidad tengo?
Ahora vamos a ver unas preguntas que te pueden ayudar a identificar el tipo de curiosidad que más encaja contigo. Si respondes de manera afirmativa a una pregunta es probable que tengas una curiosidad del tipo que indica la cuestión:
1. ¿Te gusta buscar información sobre nuevas perspectivas, incluso si no tienen un efecto inmediato en tu vida? Curiosidad por interés o amplia.
2. Cuando algo te llama la atención, ¿tiendes a observar con detenimiento los detalles de tu entorno? Curiosidad perceptual.
3. ¿Prefieres obtener una respuesta concreta y clara en lugar de investigar sobre diferentes temas? Curiosidad profunda.
4. ¿Sientes satisfacción al resolver problemas complejos? Curiosidad epistémica.
5. Cuando algo te sorprende, ¿sientes el impulso de buscar respuestas sobre ello? Curiosidad dual.
6. ¿Prefieres tener una visión general de temas diferentes en lugar de dominar un área específica? Curiosidad amplia.
7. ¿Te cuesta dejar un problema sin resolver y necesitas encontrar una solución antes de centrarte en otra cosa? Curiosidad por privación.
En resumen, la curiosidad es una fortaleza que favorece el aprendizaje y el crecimiento personal. Identificar tu tipo de curiosidad te permitirá aprovecharla mejor, utilizándola de manera estratégica en tu vida profesional y personal. Lo esencial es mantenerla activa, independientemente de cuál sea tu tipo de curiosidad, para continuar descubriendo y evolucionado.
Referencias bibliográficas:
Lydon-Staley, D. M., Zhou, D., Sizemore Blevins, A., Zurn, P. y Bassett, D. S. (2021). Hunters, busybodies and the knowledge network building associated with deprivation curiosity. Nature Human Behaviour, 5(3), 327-336.
Paredes, D., Castro, F. V. y Ruiz, I. (2009). La emoción positiva de la curiosidad en las personas con discapacidad intelectual. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 3(1), 165-171.
Reyes, D. M., Ávila, Y. V., Torres, V. A. y Jaramillo, B. A. (2023). La curiosidad un factor clave para despertar el interés del educando por aprender a aprender. Ciencia Latina: Revista Científica Multidisciplinar, 7(6), 4130-4146.
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