Efectos Psicológicos en la Salud Mental en tiempos de Pandemia (Covid-19)
Borja Arribas (Psicólog@)
6 febrero, 2024
La enfermedad por nuevo Coronavirus (COVID-19) hizo su aparición de forma repentina. Esto supuso un cambio drástico en nuestro modelo de vida, la población tuvo y tiene que hacer frente a los factores de carácter económico, social y sanitario que conllevan una pandemia. Diversos estudios han mostrado cómo ha afectado esto a la salud mental de la población, aumentando los niveles de ansiedad, síntomas depresivos, diestrés y soledad (Banks et al., 2021). Pero la salud mental no solo es ausencia de malestar, sino también la obtención de un estado de bienestar, donde nuestras necesidades son satisfechas, nos sentimos capaces y podemos desarrollarnos. El estudio de Miyamoto y Lyubomirsky (2021) identificó cómo el bienestar en algunas poblaciones se vio incrementado, mientras que en otras se redujo.
En el IEPP observamos un incremento en la gravedad de la sintomatología de algunas personas que solicitaban ayuda psicológica durante la pandemia. Sin embargo, no observamos que el bienestar, constructo que se mide de manera independiente, estuviera afectado. Para comprobar el impacto psicológico que tuvo la pandemia sobre la población clínica seleccionamos a 198 personas (pacientes) que nos solicitaron ayuda psicológica antes de la pandemia y a 150 pacientes que acuden al centro en plena pandemia. Aplicamos diferentes técnicas estadísticas para realizar las comparaciones pertinentes entre ambas muestras.
Índice
¿Podemos afirmar que la pandemia ha agravado los síntomas de las personas que piden ayuda psicológica?
Las variables aportadas por el DASS-21, un instrumento para medir el malestar, son: Depresión, Ansiedad y Estrés. En las dos últimas encontramos diferencias significativas, esto quiere decir que las personas que acudieron a terapia durante la pandemia presentaban síntomas de ansiedad y estrés un 6% más intensos, que las que acudían antes del COVID.
No obstante, no se encontraron variaciones en los niveles de depresión, esto no quiere decir que nuestros pacientes no tuvieran síntomas compatibles con depresión, sino que la pandemia no los agravó.
Pero… ¿Por qué estamos más ansiosos y estresados?
La humanidad ha sobrevivido a lo largo de la historia gracias a mecanismos intrínsecos de supervivencia, como es el estrés, actuando en situaciones amenazantes y proporcionándonos o potenciando recursos para evadirlas o afrontarlas. Pero la incertidumbre provocada por las medidas de contención del virus extendida a lo largo del tiempo, junto con las situaciones en las que no tenemos el control, puede llegar a convertir el estrés en algo negativo, mal adaptativo. El hecho de hacer frente a una emergencia sanitaria mundial, ya no solo durante un tiempo prolongado, sino con la sensación de no poder hacer nada, haría que nuestros niveles de estrés y de ansiedad aumentasen.
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¿Y que mostraron estos análisis? ¿La pandemia llegó a socavar el bienestar de nuestros pacientes?
La respuesta es no, tras realizar los análisis estadísticos no podemos determinar que las personas que pedían ayuda psicológica antes de la pandemia sintieran menor o mayor bienestar que las que lo hacían durante. No obstante, si nos adentramos en los componentes de este constructo, podemos observar que el bienestar a su vez se desgrana en 6 variables: Autoaceptación, Relaciones Positivas, Autonomía, Dominio del Entorno, Crecimiento Personal, Propósito en la vida. Y es en la variable de Crecimiento Personal donde sí que encontramos esta mejora.
El crecimiento personal hace referencia a una sensación de desarrollo, que pueden tener las personas, y que se generaliza a casi todas las áreas de su vida. Se trata de una sensación de estar progresando poco a poco, de que se abren a nuevas experiencias y de ser capaces de apreciar las mejoras personales en casi todas las áreas de la vida.
Las personas que pidieron ayuda psicológica en el IEPP durante la pandemia presentaban puntuaciones más altas de media (16,4) que aquellas que fueron al centro antes de la pandemia (14,3), una diferencia de 2,1 puntos.
Dicho de otro modo, los pacientes en la pandemia presentaban un 21% más de crecimiento personal.
¿Y por qué la depresión no se agrava con la pandemia?
A pesar de la falta de contacto social, el distanciamiento con nuestros seres queridos, la falta de ocio o celebraciones y las posibles pérdidas de familiares o amigos, no se ha visto un aumento significativo en los índices de depresión. La posible respuesta a esta pregunta inicial esté en el aumento de las puntuaciones de Crecimiento Personal, podríamos hipotetizar que esta ha actuando o está actuando como un factor de protección ante la Depresión. Esto lo basamos en un análisis correlacional donde podemos ver que a más puntuación en Crecimiento Personal, menores son los niveles de depresión. Pero para profundizar más en este tema, se tendría que recurrir a otras técnicas más sofisticadas.
Conclusiones del estudio
Cómo hemos mencionado al principio, aunque la lógica nos quisiera llevar al punto de partida en el que los índices de malestar hubiesen aumentado y los de bienestar se hubiesen hundido debido a la pandemia, son los datos quienes nos contrastan con la realidad.
El COVID-19 llegó de una forma inesperada. De un día para otro hablábamos de una pandemia mundial, confinamiento, defunciones, curvas ascendentes… Todo esto, como hemos podido comprobar, ha afectado psicológicamente a la población: aumentando dentro del bienestar, la faceta del crecimiento personal y en cuanto al malestar son los niveles de ansiedad y estrés los que se ven aumentados.
Por eso, estos resultados no hay que tratarlos como algo absolutamente negativo, dentro del dolor, de la angustia, del estrés y de la ansiedad hay espacio para obtener un aprendizaje y un crecimiento. El ejemplo lo tenemos en nosotros mismos, los seres humanos a lo largo de una historia llena de desastres naturales y sociales nos hemos mostrado resilientes, resurgiendo de nuestras propias cenizas y siendo capaces de adaptarnos y de crecer en la adversidad.
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