¿Qué relación existe entre el mindfulness y la felicidad?

Diletta Rossi Diletta Rossi (Psicólog@)

21 abril, 2025

La felicidad ha sido siempre tema de estudio desde la antigüedad. Diversos escritores han operativizado el concepto de la felicidad de diferentes maneras como satisfacción con la vida, o bienestar subjetivo.

Lyubormirski (2008), define la felicidad como la experiencia de bienestar, alegría y satisfacción, combinada con la idea de que nuestra vida tiene sentido.

En la búsqueda de la felicidad, muchas personas se enfocan en conseguir logros materiales, obtener un reconocimiento social o alcanzar metas futuras. 

Sin embargo, cada vez más investigaciones sugieren que la felicidad se encuentra en la capacidad de vivir plenamente el momento presente.  Numerosos estudios han demostrado que el mindfulness es una herramienta que permite vivir con más consciencia el presente, aumentando la satisfacción vital.

Según Alvear (2014), el mindfulness modifica el funcionamiento de nuestra mente, nos aleja del sufrimiento y nos acerca a la felicidad. El malestar tiene su principio en nuestra mente, no podemos variar los sucesos que tienen lugar en nuestras vidas, pero sí podemos cambiar la forma en que nos relacionamos con lo que nos ocurre.

En primer lugar, al enfocarnos en el aquí y el ahora se disminuyen los pensamientos negativos y las preocupaciones sobre el futuro o el pasado, reduciendo significativamente los niveles de estrés y de ansiedad. 

La práctica del mindfulness fomenta la gratitud porque pone el foco en la apreciación de las pequeñas cosas cotidianas, como puede ser una conversación agradable, un paseo por la naturaleza o saborear una comida que nos gusta. 

Otro beneficio del mindfulness es que nos ayuda a aceptar las experiencias tal como son, sin juzgarlas. Al evitar la crítica, se fomenta la autocompasión, se reduce el sufrimiento emocional y se favorece la autoaceptación.

Por otro lado, la atención plena mejora la regulación de nuestras emociones porque nos permite observarlas desde una distancia, sin dejarnos arrastrar por ellas. Como consecuencia, podemos responder de una manera más equilibrada a las situaciones más adversas. 

Se ha podido establecer una relación estrecha entre practicar mindfulness y los beneficios en muestra memoria y concentración.  La practica regular de mindfulness puede mejorar estas habilidades cognitivas, fortaleciendo la capacidad de retener la información en la memoria a corto plazo. 

Además de reducir las distracciones y la ansiedad, el mindfulness contribuye a una mayor capacidad para recordar información de manera efectiva. 

También mejora la capacidad de focalizarnos en una tarea, mejorando así nuestra capacidad de concentración y fortalece la capacidad de retención de la información que se está procesando. 

A menudo experimentamos malestar porque tenemos la necesidad de control, y gracias al mindfulness podemos soltar la necesidad de aferrarnos a pensamientos y emociones, desarrollando la flexibilidad cognitiva.  

También nos ayuda a conectar con la curiosidad y a tener más apertura, puesto que cuando estamos con disposición de explorar las experiencias sin expectativas ni prejuicios, eso facilita el descubrimiento de nuevos aspectos y el establecimiento de conexiones más profundas

El mindfulness no solo favorece el bienestar inmediato, sino que también influye en las emociones positivas a largo plazo. Según la teoría de Barbara Fredrickson sobre las emociones positivas, la alegría, el amor y la gratitud tienen un efecto acumulativo, ampliando las capacidades de los individuos para manejar el estrés y las adversidades. La práctica constante del mindfulness puede incrementar la frecuencia de estas emociones, lo que, a su vez, contribuye a un bienestar duradero.

Además, la práctica del mindfulness fomenta la resiliencia al entrenar la mente para enfrentar las dificultades con mayor claridad y calma. Al reducir la rumiación y mejorar la regulación emocional, facilita la experiencia de emociones positivas y saludables a pesar de las dificultades diarias, lo que refuerza la sensación de felicidad y satisfacción con la vida.

Por último, practicar con regularidad el mindfulness nos proporciona una mejora en nuestra calidad de las relaciones interpersonales. En el momento en que estamos más presentes en nuestras interacciones, podemos mejorar la empatía y la capacidad de escucha, fortaleciendo así los lazos afectivos. 

¿Cómo podemos incorporar el mindfulness en nuestro día a día?

  • Dedicando unos minutos al día a la meditación, ayudando a entrenar nuestra mente para mantenerse en el presente.
  • Poniendo atención plena cuando realizamos actividades diarias, como comer, caminar o vestirse. 
  • Practicando la respiración consciente, inhalando y exhalando de forma profunda y consciente, sintiendo como el aire entra y sale del cuerpo.  
  • Realizando la escucha activa, prestando atención plena en las conversaciones mejora la calidad de las relaciones interpersonales y fortalece la conexión emocional con los demás.

Podemos concluir que el mindfulness se presenta como una herramienta basada en la evidencia científica que contribuye a la felicidad al modificar patrones neuronales y mejorar la regulación emocional. Implementar el mindfulness en la vida diaria no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también fortalece la conexión social y la resiliencia, aspectos clave para una felicidad auténtica y duradera.

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