Curso de
Mindfulness y
Gestión Emocional

Sus niveles de estrés eran muy altos, algo esperable con la cantidad de actividades que tenía en su día a día, pero ella a pesar de lo inteligente que se mostraba con otras cosas, esto no lo veía, se había metido en una espiral de estrés donde lo que más le importaba era “quitarse de encima” todo lo que “tenía que hacer” cada día y en su mente no quedaba espacio para pensar en disfrutar de un momento tranquilo donde simplemente sentir lo que ocurría a su alrededor.

En ese momento decidió dedicarse un espacio de desarrollo personal y aprender a gestionar mejor sus emociones. Para Alejandra el programa de Mindfulness y Gestión Emocional, según sus propias palabras, supuso un antes y un después en su vida. Aprendió a escuchar su cuerpo, a saber qué estaba sintiendo, qué significaba, y qué podía hacer para utilizarlo a su favor. Aprendió a calmar su mente y decidir cuándo quería estar centrada en lo que ocurría en el momento y cuándo quería pensar en lo que había ocurrido o en lo que ocurriría después, Aprendió a poner en marcha más emociones positivas en actividades cotidianas, como disfrutar dibujando con los niños, tomarse un café tranquilo con una amiga o simplemente leer en el trabajo cuando no había quirófanos en vez de estar todo el rato pendiente del móvil. En definitiva tomó una gran decisión, escucharse y actuar movida por sus necesidades para ser coherente con lo que le hacía sentirse feliz, sin dejarse llevar constantemente por las demandas del entorno.

Aroa Ruíz, Psicóloga, Coach e Instructora de Mindfulness