La Extraña Situación de Mary Ainsworth
Aroa Ruiz (Psicólog@)
28 noviembre, 2023
“El comportamiento de apego no se limita a la experiencia madre-hijo, sino que puede observarse en todo el curso de la vida, acompaña a las personas desde la “cuna a la tumba”.
John Bowlby
¿Habías oído hablar con anterioridad sobre la Teoría del Apego?, y ¿te suena de algo el experimento llamado la situación extraña?...
No pasa nada si es la primera vez que lo escuchas y es que justo en el artículo de hoy, voy a profundizar sobre ello, aunque Sonia Castro ya nos habló del desapego en el artículo llamado desapego, soltar para ser feliz.
Teoría del Apego
Si hablamos de apego infantil, es inevitable que nombremos a John Bowlby, psiquiatra y psicólogo infantil inglés que desarrolló su Teoría del Apego entre los años 1969 y 1980 y constituye uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el área de la psicología infantil.
Pero, ¿qué es exactamente el apego? El término apego ha sido traducido de la palabra en inglés “attachment”.
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño/a con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. El apego proporciona la seguridad emocional al niño/a puesto que se siente aceptado/a y protegido/a incondicionalmente.
La Teoría del Apego, propuesta originalmente por John Bowlby, afirma que el niño/a tiene una tendencia a buscar la cercanía a otra persona y se siente seguro cuando esa persona está presente y disponible para cubrir sus necesidades tanto físicas como emocionales.
En la especie humana, este proceso hacia la independencia tarda mucho más que cualquier otra especie. Por lo general, nos toma de tres a cinco años formar un vínculo de apego que dé paso a la independencia. ¿Por qué tanto tiempo?
Esto es porque los bebés humanos nacen solo con el 25% de su cerebro desarrollado, lo que significa que una vez nacidos, continúan su gestación fuera del vientre de la madre.
Bowlby había propuesto ya en el año 1951 la hipótesis de que la privación materna no solo causaba depresión en la niñez, sino también hostilidad e incapacidad para establecer relaciones saludables en la vida adulta.
Por lo tanto, dentro de esta Teoría del Apego los niños estarían biológicamente “diseñados” a estar apegados a sus padres/madres, no solo para satisfacer sus necesidades, sino porque son seres profundamente sociales.
Si quieres saber más sobre las relaciones sociales, no dejes de leer este otro artículo del blog en el que mi compañera Sonia Castro, lo detalla mejor, relaciónate bien.
Este estilo de vinculación y de apego se inicia en la infancia, en torno a los 3 meses de edad, y se prolonga después a lo largo de la vida, también en las relaciones con amigos/as, parejas diversas y los propios hijos/as.
De este modo, la actitud de los padres/madres hacia sus hijos/as y el tipo de apego que se establece entre ambos, va a determinar la calidad de los vínculos emocionales que establecerá el bebé a lo largo de su vida.
De acuerdo a la Teoría del Apego, un fuerte vínculo emocional con sus padres es precursor de la seguridad y de la empatía en las relaciones personales en la edad adulta. Un inadecuado establecimiento de un vínculo seguro en la infancia puede conllevar a dificultades psicológicas.
Si bien es cierto que Bowlby es el máximo responsable de la Teoría del Apego y la persona que desarrolló las bases de esta teoría, no podemos dejar de hablar de Mary Ainsworth, otra colega y psicóloga que en el año 1960 elaboró la primera técnica de evaluación del apego, conocida como “Situación extraña”. Experimento que a continuación en el siguiente apartado, te voy a aclarar.
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La Extraña Situación de Mary Ainsworth
Mary Ainsworth desarrolló un procedimiento de laboratorio conocido como “la situación extraña”. Éste fue un diseño experimental diseñado para mostrar la universalidad del apego, pero sorprendentemente lo que mostró fue diferencias individuales.
El experimento se realizó en una pequeña habitación con cristal tintado, con el objetivo de observar el comportamiento del bebé de forma encubierta. La muestra se compuso por 100 familias de EE.UU de clase media, con bebés de entre los 12 y 18 meses.
Se estudiaba al niño en condiciones de laboratorio, en interacción con su cuidador principal y un adulto extraño, simulando tres tipos de situaciones:
- Interacciones naturales entre el cuidador y el niño o niña en presencia de juguetes.
- Separaciones breves del cuidador
- Encuentros breves con un individuo extraño.
En el experimento se usaban las respuestas del niño/a frente a separaciones muy breves de uno de los padres, y reuniones con ella (o él), para clasificar la organización de su apego a la madre (o al padre).
Fases del experimento
- Fase 1. Madre, bebé y experimentador. En esa fase, el observador introduce a la madre y al bebé en una sala experimental con juguetes. Dura aproximadamente 30 segundos.
- Fase 2. Madre y bebé. En este episodio, el bebé se dedica a explorar la sala y los juguetes, mientras que la madre no participa de la actividad.
- Fase 3. El extraño se une a la madre e hijo/a. Es el momento en que entra un desconocido a la sala. Durante el primer minuto permanece en silencio, para conversar con la madre en el segundo minuto. Durante el tercer minuto, el desconocido comienza a aproximarse al bebé.
- Fase 4. La madre deja al bebé y a la persona extraña solos. Es el primer episodio de separación en el que la madre abandona la sala. La conducta del desconocido se coordina con la del bebé.
- Fase 5. La madre regresa y el extraño se va. Es el primer episodio de reencuentro. La madre entra, saluda y reconforta al bebé, intentando que éste vuelva a su actividad de juego.
- Fase 6. La madre se va, abandonando al bebé. Se trata de la segunda fase de separación.
- Fase 7. Vuelve el extraño. Continúa la separación de la madre, pero ahora entra el extraño para intentar interactuar con el bebé.
- Fase 8. La madre regresa y un extraño se va. Es el segundo episodio de reencuentro en el que entra la madre, coge al bebé en brazos y el extraño abandona la sala.
Las cuatro clasificaciones de apego a las que se llegaron tras el experimento fueron:
- Apego seguro
- Y tres clasificaciones derivadas del apego inseguro: evitativo, resistente o ambivalente y desorientado.
- Los niños/as con vínculos de apego seguro cuando estaban con su madre exploraban la habitación y mostraban interés al entrar la persona desconocida. En el momento de la separación, mostraban señales claras de angustia pero les era fácil volver al juego. Al momento del reencuentro con la madre se mostraban alegres y buscaban contacto físico con ellas. Esta pauta se dio en el 65% de los bebés.
- Los niños con vínculos inseguros (evitativo, resistente o desorientado) también mostraban angustia y desagrado al momento de la separación, pero la diferencia es que no volvían al juego fácilmente y no buscaban o, peor aún, rechazaban el contacto físico con la madre a la hora del reencuentro.
- En el caso del tipo evitativo, el niño evita e ignora activamente a la madre durante el reencuentro (se aleja, mira hacia otra dirección o rechaza a la madre cuando ella le carga). Este caso se dio en un 25% de los bebés.
- En el caso del tipo resistente o ambivalente el niño no logra apaciguarse en el reencuentro con la madre y a pesar que continúa centrando su atención en la madre, no se calma, sigue llorando y no logra volver a la exploración tras el reencuentro. Esta pauta se dio sólo en un 10% de los bebés.
- En el caso del tipo desorientado, el bebé muestra conductas desorganizadas y/o desorientadas en presencia de la madre.
¿Qué se puede concluir de todo esto?
- El niño con apego desorganizado no sabe qué hacer.
- Las conductas observadas por parte de las madres llevan a la conclusión de que los bebés con vínculos inseguros, crecen y maduran, tienden a mantenerse preocupados de encontrar seguridad y amor en sus relaciones personales. La constante búsqueda de amor y seguridad no les permite concentrarse en otras actividades apropiadas para su edad y necesarias para aprender y experimentar la independencia.
- Lo interesante de este estudio es que se siguieron a estos bebés hasta su adultez y se pudo comprobar que aquellos bebés que tenían vínculos de apego inseguro, tendían a tener relaciones sociales e interpersonales problemáticas y además eran menos felices y menos exitosos que aquellos participantes del estudio que tenían vínculos de apego seguros con su madre.
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Fuentes de datos:
- Ainsworth, M. D. S., y Bell, S. M. (1970). Attachment, exploration, and separation: Illustrated by the behavior of one-year-olds in a strange situation. Child Development, 41, 49-67.
- Bowlby, J. (1988). A secure base: Parent-child attachment and healthy human development. New York: Basic Books.
- Bowlby, J. (1993). El apego: el apego y la pérdida. Paidos Ibérica.
- Ramírez. S. (2015). Crianza con apego. De la teoría a la práctica. Library of Congress Control Number: 2064340911.
- Wallin, D. (2012). El apego en psicoterapia. Desclée De Brouwer.
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