Cambio de vida: 7 pasos que te ayudarán
vanesaeiepp (Psicólog@)
1 abril, 2024
Si en este momento de tu vida o en cualquier otro has sentido, has pensado, has decidido o de forma repentina estás involucrado en un proceso de cambio de vida, no te preocupes, esto es muy habitual y totalmente normal.
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Un cambio de aires, si de verdad lo quieres conseguir sin influencia por parte de otr@s, siempre es positivo; quítate de la cabeza la idea generalizada de que el cambio es malo y/o negativo, al contrario, cambiar puede ser sinónimo de progresar, de avanzar, de mejorar, de renacer, de fortalecer, de aprender, de reiniciar, de renovar y la mayoría de las veces se trata de un acto de valentía. Eso sí, no te confundas, que sea positivo no significa que sea sencillo, rápido o fácil de alcanzar.
La sensación de necesitar un cambio de vida puede aparecer de forma brusca o presentarse de forma más difusa, a modo de una sensación de insatisfacción continua o de descontento generalizado que no sabemos muy bien explicar y da igual la edad que tengamos, puede ser que nos invada a los 30 años, a los 40, a los 50… querer cambiar en alguna faceta de tu vida no tiene por qué ser sinónimo de inmadurez. ¿Acabas de cumplir 70 años y has decidido retomar esos estudios que dejaste sin concluir? Estupendo, bienvenido al cambio.
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Pero, ¿por dónde empezar si quiero cambiar?, ¿cómo puedo cambiar sin desfallecer en el proceso?, ¿cómo cambiar si no sé ni siquiera qué es lo que me está pasando?
Aquí os detallamos 7 pasos que te ayudarán a conseguirlo.
- Detectar el motivo de cambio. Este punto es fundamental. Lo primero que tendremos que valorar es qué es lo que quiero cambiar y por qué necesito un cambio. En este paso, el autoconocimiento será indispensable. Aquí podemos encontrarnos con dos posibilidades. Puede ser que lo tengamos muy claro ya que la vida nos haya puesto ante una situación complicada o que algo relevante, radical e inevitable haya acontecido en nuestro día a día: pérdida de un ser querido cercano, propuesta de cambio repentino de destino laboral, tu pareja ha decidido terminar con la relación sentimental sin motivo aparente, pérdida de empleo, el diagnóstico sorpresivo de una enfermedad grave… O quizá, puede ser que el motivo de cambio no sea tan sencillo de identificar, aquí tocará hacer algo de introspección, ser sincero con uno mismo y no dejarse llevar por opiniones de terceras personas, ejemplos podrían ser: estar valorando un cambio de empleo ya que no te sientes feliz con lo que haces, tener ganas de un cambio de ciudad de residencia, empezar a plantearte tener un hijo a los 40, querer retomar estudios del pasado, incluir hábitos saludables de vida como dejar de fumar…
- Marcar objetivos sencillos. Una vez que tenemos detectado e identificado lo que queremos conseguir, el siguiente paso sería marcar unos objetivos fáciles de alcanzar (aunque formen parte de otros más grandes y difíciles), sencillos, cerrados, asumibles y pensados a corto plazo, de esta forma, una vez conseguidos, nos sentiremos motivados, recompensados, con ganas de continuar e iremos avanzando con paso seguro en nuestro camino. Asegúrate de que tus objetivos sean cosas que tú deseas de verdad y nunca impuestos por otros. De nada sirve intentar abarcar más de lo que realmente sabemos que podemos lograr, esto sólo hará que la frustración aparezca, que la desmotivación entre en escena y nos entren ganas de tirar la toalla.
- Motivación. Este es un factor clave. Durante el proceso de cambio la motivación no puede faltar. Ella es parte de la gasolina que te empujará a avanzar. ¡Ojo! Tendremos que tener cuidado si notamos que ésta disminuye. Es normal que nuestra motivación sufra altibajos durante el camino del cambio, unos días estarás a tope y otros días algo menos, tranquil@, como he dicho al principio, nadie asegura que el camino sea fácil.
- Perseverancia. Intenta no contaminarte con lo que otras personas puedan decir, comentar, opinar y/o criticar en relación a tu cambio, sé fuerte, la decisión ya está tomada, por supuesto que puedes escucharlos, de hecho debes escucharlos, no está bien ignorar a nadie, aquí lo importante es ser asertivo, estás inmerso en el proceso, eres consecuente con la decisión tomada en el inicio, libre de actuar como consideres y no van a hacerte cambiar de opinión. Quien te quiera de verdad, tendrá que respetar tu decisión, aunque no la comparta o no llegue a entenderla 100%.
- Mantener la esencia. Querer cambiar para mejorar y para dejar de sentirse mal es lo fundamental cuando queremos un cambio. Lo que no podemos olvidar nunca es que todos somos seres independientes, diferentes y únicos. Hacer comparaciones y pensar que con el cambio nos convertiremos en otra persona es fatal. La envidia es una mala compañera de viaje. Hemos de ser conscientes de quienes somos, dejando de lado las odiosas comparaciones. Cuando llegue el cambio y consigas los objetivos marcados en el inicio del proceso, recuerda siempre que tu esencia no va a cambiar.
- Buena autoestima. Tener una autoestima fuerte es también importantísimo cuando un cambio está aconteciendo en nuestro día a día. Tenemos que querernos y valorarnos por lo que somos e identificar cuáles son nuestros puntos fuertes, positivos y/o fortalezas (que todos tenemos) y aprender a gestionarlas en nuestra vida de forma eficaz para sentirnos a gusto con nosotros mismos. De esta forma nos sentiremos más seguros y esto ayudará a conseguir los objetivos pautados.
- Gestiona tus emociones. Cuando se avecina un cambio, el miedo siempre entra en escena y es que el miedo a lo desconocido es algo habitual y absolutamente normal, por lo que sentir miedo durante cualquier proceso de cambio es lógico que ocurra: miedo a fracasar en el intento, miedo a equivocarnos, miedo a perder personas durante el proceso de cambio, miedo a salir de nuestra zona de confort, miedo a la incertidumbre… Lo importante es que este miedo no nos bloquee, que no nos supere y que no haga que nos demos la vuelta a la primera de cambio, obstaculizando nuestro camino y haciendo que no avancemos hacia la meta. Para que esto no pase, hay que saber gestionar las emociones, el miedo es una emoción básica, como lo es también la alegría o la sorpresa, canalízalo de forma correcta, no lo niegues ni lo escondas, limítate a entenderlo y sentir miedo no se volverá incapacitante.
¿Te has sentido identificado con lo que acabas de leer?, ¿crees que necesitas un cambio de vida radical? o ¿tienes la sensación de que cambiando alguna faceta de tu vida te sentirás más feliz y mejor? Si es así, un experto puede ayudarte a identificar el motivo de cambio y acompañarte durante todo el proceso, así podrás gestionar los miedos que puedan aparecer en el camino, trabajarás codo con codo para reforzar tu autoestima, consiguiendo que tu motivación no decaiga y lograr los objetivos marcados desde el primer momento.
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Muy buena información.
Buenos días Edis, ¡qué bien! 🙂 Nos encanta leer comentarios como el tuyo.
¡¡Un abrazo virtual bien fuerte y a por el miércoles!!
Sencillamente me encanto, me conecto 100% con lo que dices y me ayuda un montón, mil gracias! Saludos desde Colombia 💚
Hola Camilo, buenas tardes.
Muchas gracias por compartir tu comentario. Nos alegra y nos motiva mucho poder ayudaros en vuestro día a día y que lo que hacemos os sirva para reflexionar y para sentiros mejor.
No dejes de seguir leyendo el blog, esperaremos con ganas tus reflexiones y sensaciones por aquí.
Un abrazo FORTE