Trastorno Afectivo Estacional, cuando el invierno me deprime
Rebeca Gómez (Psicólog@)
18 abril, 2024
Trastorno Afectivo Estacional, ¿lo conoces?...
“Otra vez decimos adiós al verano, el frío llega, los días se acortan y mi estado de ánimo se vuelve igual o incluso más gris que los días de intensa lluvia, qué pereza y que apatía siento en estas fechas del año” Trastorno Afectivo Estacional....
M.M
Hoy en nuestro blog vamos a profundizar sobre el trastorno afectivo estacional, trastorno que es posible que no reconozcas al leer su nombre, pero que una vez continúes y avances en la lectura de este artículo, te resulte más familiar y ya no te parezca tan desconocido. El trastorno afectivo estacional, también denominado depresión invernal o depresión estacional.
Acerca de la emoción de la tristeza hemos escrito mucho en nuestro blog; además hemos visto qué es la depresión a nivel general y también hemos escrito sobre los diferentes tipos de depresión, incluso le hemos dedicado un post en concreto a la depresión postparto y otro a la depresión navideña… pues bien, hoy vamos a dedicarle su espacio al TAE o al trastorno afectivo estacional ya que este trastorno afecta a más personas de las que podemos imaginar.
Qué es
Se trata de un trastorno en el que los cambios de humor graves o los episodios depresivos sólo se dan durante el otoño y el invierno y con la llegada del tiempo más soleado y cálido la sintomatología desaparece; por esto mismo al trastorno afectivo estacional también se le conoce con el nombre de depresión invernal.
En este trastorno la sintomatología depresiva va asociada a la disminución de las horas de luz solar durante los meses del otoño y del invierno. Una vez llega la primavera, con el inicio del calor y también en verano, el estado de ánimo de la persona mejora y su calidad de vida también (Anderson et al., 1994; Leahy, 2017; Li, Ferreira, y Smith, 2020; Maj et al., 2020; Nussbaumer-Streit et al., 2019).
De hecho, para las personas que padecen el trastorno afectivo estacional, sus síntomas comienzan y finalizan aproximadamente en la misma época cada año y de manera recurrente.
Síntomas
Los síntomas del trastorno afectivo estacional pueden ser más leves al principio y al inicio, así como agravarse y ser más intensos después, cuando van avanzando las estaciones invernales.
Para poder hablar de este trastorno los síntomas han de perdurar en el tiempo durante más de 2 semanas.
- Sentirse apatía, tristeza o con decaimiento gran parte del día, casi todos los días
- Perder el interés en actividades que antes se solían disfrutar
- Falta de energía, mucho cansancio y letargo
- Exceso de sueño y dormir demasiado
- Cambio en el apetito, es habitual sentir necesidad y antojos por consumir alimentos y productos ricos en hidratos de carbono y dulces
- Aumento de peso como consecuencia del síntoma anterior
- Tener dificultad para concentrarse y mantener la atención
- Sentir desesperanza, inutilidad o culpa
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Posibles causas
El trastorno afectivo estacional es más común en las mujeres que en los hombres y se desconocen las causas directas que lo desencadenan. Lo que sí sabemos gracias a recientes investigaciones es que hay posibles factores que afectan como:
- Desequilibrio en los niveles de serotonina. No es la primera, ni seguro la última vez que en nuestro blog hablamos de la serotonina ya que se trata de una hormona muy importante y que afecta de manera directa en nuestro estado de ánimo. De hecho, una disminución, bajada y caída en sus niveles podría intervenir en el trastorno afectivo estacional. Y es que la disminución de la luz solar en el otoño y en el invierno puede provocar una caída en los niveles de serotonina y esto, a su vez, puede provocar síntomas depresivos.
- Desequilibrio en los niveles de melatonina. La melatonina es otra hormona que está relacionada con el sueño. Con el cambio de estación se puede alterar el equilibrio de los niveles de melatonina del cuerpo, haciendo que se segregue mayor cantidad de ella, afectando esto al estado de ánimo.
- Déficit de Vitamina D. Entre las investigaciones sobre el tema, destaca un metaanálisis acerca de la relación entre la vitamina D (también llamada colecalciferol) y la depresión invernal. Casualmente, esta vitamina guarda relación con la síntesis de dos neurotransmisores del cerebro, ambos vinculados a la depresión, la serotonina y muy asociado a ésta, la dopamina. Por lo que se describe que la vitamina D puede regular la aparición y el avance del trastorno afectivo estacional. Esta relación puede deberse a que el nivel de Vitamina D en el cuerpo viene determinado por las horas de luz solar y éstas varían en las diferentes estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. La conclusión a la que se llega es que la suplementación con vitamina D ≥ 2000 UI/día sí parece reducir los síntomas depresivos.
Consecuencias
No hay que pasar por alto este trastorno ya que si la sintomatología es muy intensa y no se pone remedio, la calidad de vida y la situación personal de la persona afectada puede empeorar considerablemente, derivando en:
- Aislamiento social
- En caso de ser niños/as pequeños/as y/o adolescentes pueden aparecer problemas en el rendimiento académico
- Abuso de sustancias
- Comorbilidad con otros trastornos de salud mental, como problemas de ansiedad o trastornos alimentarios
Conoce aquí más acerca de la ansiedad.
- Ideación, pensamientos y conductas suicidas. No dejes de leer nuestro artículo PINCHANDO AQUÍ sobre el suicidio
Tratamiento
Una vez que el trastorno se ha identificado y diagnosticado, diferenciándolo claramente de sentirse triste de manera puntual, lo más recomendable es trabajarlo de la mano de profesionales de la salud mental para intentar mejorar la calidad de vida de estas personas en los meses más fríos del año.
¿Quieres conocer la importancia de la salud mental? Lee aquí nuestro artículo específico del blog sobre ello.
El tratamiento principal para el trastorno afectivo estacional es la fototerapia o terapia de luz. Con este tratamiento se consigue reemplazar la luz del sol que se pierde y que está ausente durante los meses de otoño e invierno. Para ello se necesita una “caja de fototerapia” que emite luz artificial brillante a la que exponerse a diario durante unos minutos al inicio de la jornada.
La fototerapia también se puede acompañar de una terapia psicológica e incluso de medicación antidepresiva pautada por el/la médico/a de familia o por el/la psiquiatra en los casos más extremos siempre que lo consideren necesario.
En relación a la terapia psicológica, más en concreto a la terapia positiva, un uso desequilibrado de determinadas fortalezas se relaciona con la presencia de síntomas depresivos. De hecho, un estudio realizado por el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) mostró correlaciones entre sintomatología depresiva y el uso desequilibrado de algunas fortalezas, como el crecimiento, la directividad, la innovación, el manejo emocional, la positividad y la vitalidad, cuando éstas NO se utilizan de forma equilibrada (Muñoz, 2019).
Por ello, la potenciación del uso equilibrado de las fortalezas actúa como factor de protección frente a la adversidad o frente a determinados desórdenes psicológicos, previniendo el malestar.
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Fuentes de datos:
- Mikola, T., Marx, W., Lane, M. M., Hockey, M., Loughman, A., Rajapolvi, S., Rocks, T., O'Neil, A., Mischoulon, D., Valkonen-Korhonen, M., Lehto, S. M., & Ruusunen, A. (2022). The effect of vitamin D supplementation on depressive symptoms in adults: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Critical reviews in food science and nutrition, 1–18.
- Shaffer, J. A., Edmondson, D., Wasson, L. T., Falzon, L., Homma, K., Ezeokoli, N., Li, P., & Davidson, K. W. (2014). Vitamin D supplementation for depressive symptoms: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Psychosomatic medicine, 76(3), 190–196.
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