deseo pareja

Ejercicios para reactivar el deseo en la pareja

Rebeca Gómez Rebeca Gómez (Psicólog@)

7 febrero, 2024

No es la primera vez que en el IEPP abordamos el tema del deseo sexual, ya lo introducimos en nuestro post llamado sexo y amor y también en nuestro podcast #105. Al final del artículo te lo adjunto para que lo escuches tranquilamente.  

Hoy en este artículo vamos a profundizar qué es exactamente el deseo sexual, qué causas puede disminuirlo y ejercicios para reactivarlo. 

El deseo sexual 

Existe un concepto que se ha asociado con el deseo y la satisfacción sexual en las parejas: la autoexpansión, y hace referencia a la expansión del sentido de uno y una misma, el sentido propio a través de actividades novedosas, excitantes y amplias con la pareja. 

Un estudio realizado en el año 2020 por tres investigadoras canadienses mostró la existencia de relación entre el deseo sexual y la autoexpansión.

De 97 parejas heterosexuales en las que la mujer fue diagnosticada con un deseo sexual clínicamente bajo, se encontró que tanto en las mujeres, como en sus parejas, un mayor nivel de autoexpansión se asoció a una mayor satisfacción sexual y a un mayor deseo, y las parejas eran más afectivas.

Tipos de deseo sexual

Uno de los problemas que tienen muchas personas y, en particular las mujeres, a la hora de analizar su libido es que sólo asocian el alto deseo sexual espontáneo, o lo que consideran un deseo sexual saludable, a ese que surge de repente y que lleva a mantener relaciones sexuales muy pasionales.

Pero el deseo se puede entender de otras formas. Los cuatro tipos de excitación sexual que identificadas son:

  • Tipo sensual: orientado al cuerpo y que se basa en los sentidos (tacto, olfato, gusto). Y se genera acariciando, con ciertos aromas/perfumes, probando algo erótico, etc.
  • Tipo cognitivo/visual: orientado a la cabeza y se basa en pensamientos y en la imaginación. Alimenta eróticamente al pensar/recordar/ver ciertos actos sexuales. La fantasía y algunos tipos de pornografía son herramientas de este tipo de deseo. 
  • Tipo íntimo: la motivación principal es "conectarse" con la otra persona. Prosperan cuando comparten o cuando sienten que la otra persona los “capta”.
  • Tipo estimulador: obtiene su excitación excitando a su pareja. Su principal fuente de excitación es cuando su pareja los encuentra sexys y los aprecia. Ser "visto/a" es importante para este tipo de deseo.

Dicho todo esto también procede señalar que en cada persona puede coexistir una mezcla compleja de todos los tipos de deseo; por ejemplo tú, ¿con cuál te identificas? 

Causas que disminuyen el deseo sexual 

El deseo sexual se basa en una interacción compleja. Perder el interés por el sexo de vez en cuando es muy habitual y relativamente común y no nos podemos olvidar que los niveles de libido van variando a lo largo de la vida. 

También es normal que a veces nuestro interés no coincida con el de nuestra pareja o la persona con la que compartimos esa actividad.

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Se estima que una de cada cinco personas pierde el interés por el sexo en algún momento de su vida y, en las mujeres, el problema es aún más pronunciado (tres de cada diez). Estudios en EE.UU y Reino Unido han encontrado que la prevalencia de trastornos del deseo sexual en hombres está entre el 15 y el 17%. En mujeres, la prevalencia sube al 30%.  

También hay que tener en cuenta, que el deseo funciona de diferente manera para cada persona y, por supuesto, hay diferencias generales entre hombres y mujeres, sin entrar en otras posibilidades de identificación de género. Por ejemplo, los hombres tienden a ser más directos y coitocentristas y, por lo general, más visuales. Para las mujeres el deseo tiende a ser algo más complejo y sofisticado, y en ocasiones requiere de más cuidados, más cortejo, más detalles, pero tampoco siempre, no alimentemos estereotipos.

Las relaciones cambian y atraviesan diferentes ciclos, al principio nos enamoramos y todo es novedoso, por lo que el deseo es prácticamente constante. Con el tiempo, las relaciones adquieren compromiso, rutina, estabilidad y, con ello, aumentamos nuestra sensación de seguridad, lo cual es importante. Pero esto conlleva menos novedad, aventura, sorpresa y espontaneidad, que son los ingredientes fundamentales del deseo espontáneo.

Vamos a detallar las causas más frecuentes que pueden provocar ese descenso o disminución. 

Causas físicas: una gran variedad de enfermedades, cambios físicos y medicamentos pueden causar la disminución del deseo sexual:

  • Problemas sexuales. El dolor durante las relaciones sexuales o la ausencia de satisfacción del deseo.
  • Enfermedades. Muchas enfermedades no sexuales (artritis, cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades neurológicas, apnea, síndrome de las piernas inquietas, dolor crónico…)
  • Medicamentos. En concreto los antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina causan una disminución del deseo sexual. 
  • Estilo de vida. Cierto abuso en el consumo de sustancias como el alcohol o drogas ilegales.
  • Recientes cirugías. Operaciones de mamas o del aparato genital pueden afectar a la imagen corporal, a la función sexual y también al deseo sexual.
  • Fatiga. El agotamiento y el cansancio por el trabajo, la crianza o el cuidado de familiares dependientes.
  • Menopausia. Durante la menopausia los niveles de estrógenos disminuyen y esto produce sequedad en los tejidos vaginales y, en consecuencia, las relaciones sexuales se vuelven más dolorosas e incómodas. Esto puede llevar justo a esa disminución en las ganas de mantener relaciones sexuales. Aunque lo cierto es que muchas mujeres siguen teniendo relaciones sexuales satisfactorias durante la menopausia y después de esta la libido de algunas mujeres no se ve afectada o incluso aumenta.
  • Embarazo y lactancia. Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, inmediatamente después de tener un bebé y durante la lactancia pueden disminuir el deseo sexual. También en estos momentos tan concretos la fatiga, los cambios en la imagen corporal y la presión que supone quedar embarazada o cuidar de un nuevo bebé pueden provocar ese descenso.

Causas psicológicas: Nuestro estado de ánimo puede afectar y de hecho influye más de lo que creemos en el deseo sexual. 

  • Problemas de salud mental, como padecer depresión o ansiedad.
  • Estrés, de distintos tipos, como el estrés financiero o el estrés laboral.

Lee nuestro artículo del blog para conocer los diferentes tipos de estrés.

  • Baja autoestima
  • Antecedentes de maltrato físico o de abuso sexual.
  • Experiencias sexuales negativas en el pasado.

Causas relacionales: problemas de pareja. Para muchas personas, particularmente mujeres, pero no exclusivamente, la cercanía emocional es el preludio de la intimidad sexual. Entonces, los problemas de pareja pueden ser un factor importante, sobre todo si son problemas persistentes:

  • Falta de conexión con tu pareja
  • Conflictos o peleas sin resolver
  • Comunicación deficiente de las necesidades y preferencias sexuales
  • Problemas de confianza
  • Uso excesivo de pornografía

5 Ejercicios para reactivar el deseo en la pareja

  • Cuidar los preliminares. Sin distracciones, con tiempo, sin prisas, unas velas, música de fondo, un masaje con aceite… 
  • Cuidarnos física y mentalmente. Regular nuestro nivel de estrés y aprender a gestionar nuestra ansiedad, tener cuidado con la ingesta de alcohol, hacer ejercicio físico, comer y dormir bien. 
  • Cuidar la calidad de la relación. Invertir tiempo y esfuerzo en cosas que activen la curiosidad. Planificación de noches de citas, viajes, realizar actividades compartidas fuera de la habitación, practicar la comunicación abierta, compartir tiempo de calidad, divertirse. En general, cuidar tanto las muestras de cariño, como de pasión a diario.
  • Busca la innovación. La rutina, la monotonía, hacer siempre lo mismo y de la misma forma puede hacer que el aburrimiento llegue y por esto que el deseo sexual disminuya. Para luchar contra ello, la fortaleza de la innovación y darle a la creatividad es la mejor opción. Buscar nuevas posturas, localizaciones diferentes, cambiar los roles establecidos… piensa en aquello que podéis hacer de manera distinta y diferente y que nunca antes lo habéis probado con el objetivo de pasarlo bien, reír, disfrutar y experimentar sin que os haga sentir incomodidad, atreverse a explorar campos y juegos novedosos.
  • De manera más práctica, el ejercicio que os sugerimos y que funciona es hacer una lista de cosas que te generan deseo sexual. 

Coge papel y bolígrafo y contesta de manera muy sincera y con calma esta pregunta: “¿Qué es lo que realmente me excita?” 

Si no sabes qué contestar, mira estas ideas… escuchar música erótica, ver algo de pornografía, leer novela erótica,  mirar algunos cómics obscenos, masturbación, un masaje a tu pareja con su crema hidratante favorita, un baño o una ducha en compañía, un baile sensual, probar nuevos juguetes sexuales, llevar a la práctica alguna fantasía sexual, explorar juegos de roles, susurrarse historias o fantasiás al oído, taparse los ojos en algunos momentos, utilizar disfraces… etc. 

Ya para terminar y cómo te adelanté  al inicio del artículo, aquí te adjunto nuestro podcast #105 en el que acogimos este tema.

Y si lo que te interesa es adquirir herramientas de la mano de las Fortalezas y de la Psicología Positiva para aplicar en tu desarrollo personal o para aplicar en tu desempeño laboral, accede a nuestro Título Experto en Psicología Positiva. Pide información ahora mismo. 

Fuentes de datos: 

  • Raposo, S., Rosen, N. O., & Muise, A. (2020). Self-expansion is associated with greater relationship and sexual well-being for couples coping with low sexual desire. Journal of Social and Personal Relationships, 37(2), 602-623.

Rebeca Gómez
Rebeca Gómez

Licenciada en Psicología. Máster en Psicología Positiva. Psicóloga del Equipo Técnico en Juzgado de Menores del Ministerio de Justicia. Psicóloga y Docente en el Instituto Europeo de Psicología Positiva.

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