El síndrome del niño hiperregalado
Aroa Ruiz (Psicólog@)
26 febrero, 2024
¿Conocías ya el Síndrome del niño Hiperregalado?
La cultura de la inmediatez, el acceso a internet, las campañas publicitarias, la facilidad de tener prácticamente todo lo que deseas haciendo un solo “clic”... son factores que en nuestra sociedad están a la orden del día y favorecen el consumismo.
Si a todo esto le sumamos la necesidad de algunos progenitores de satisfacer los deseos de su hijo/a a toda costa o la dificultad para marcar límites, tenemos como resultado el Síndrome del niño hiperregalado.
Pero, ¿cuáles son los efectos que puede causar esta avalancha de regalos en los menores? Sigue leyendo y lo sabrás.
Índice
¿Qué es el “síndrome del niño hiperregalado”?
Aunque en nuestra opinión sería más adecuado hablar de “infancia hiperregalada”, el propio término deja bastante claro a qué se refiere: es el conjunto de síntomas o efectos psicológicos negativos que observamos en los menores, debidos a una cantidad excesiva de regalos.
Aunque estos efectos aparecen durante todo el año, se acentúan más en determinados momentos, como los cumpleaños y la época de Navidad, cuando Papá Noel y los Reyes Magos hacen su aparición.
Cuidado con las “etiquetas”
Y no nos referimos a las etiquetas de los regalos, sino a los términos lingüísticos que utilizamos cuando nos referimos a cuestiones que tienen que ver con las personas.
La RAE define “síndrome” como un “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad” o un “conjunto de fenómenos que caracterizan una situación determinada”. En el caso del síndrome del niño hiperregalado, NO estamos hablando de ninguna enfermedad, sino de una serie de efectos negativos que se han ido observando en la infancia expuesta a estas circunstancias.
Por tanto, desde la psicología, más que con la etiqueta, preferimos quedarnos con los contenidos interesantes que este concepto nos pueda aportar, de cara a afrontarlo de la mejor manera posible.
primeros pasos
para manejar las montañas rusas emocionales y conseguir mayor armonía y efectividad en el día a día
Consecuencias para los menores
Obsequiar a los niños y niñas con mucho más de lo que realmente necesitan o pueden disfrutar, conlleva una serie de resultados que, lamentablemente, no son los esperados. Entre ellos, podemos citar los siguientes:
- Baja tolerancia a la frustración: en situaciones de estrés, no saben gestionar y manejar sus emociones de forma saludable, mostrando ira o irritabilidad cuando no se consigue lo que se quiere.
- Vacío emocional: provocado por la falta de satisfacción y la incapacidad de dar valor afectivo a las cosas.
- Falta de gratitud: ponen el foco en lo que les falta en vez de apreciar lo que ya tienen.
- Tendencia al egoísmo: empiezan a valorar los regalos por la cantidad y no por la calidad. Como consecuencia de estar acostumbrados a tener todo lo que desean de manera habitual, a veces pueden llegar a enfadarse si en alguna ocasión no les regalan lo que habían pedido.
- Imaginación empobrecida. La sobreestimulación no les permite centrarse en lo que reciben, sintiéndose sobrepasados y afectando a su capacidad de concentración.
- Pensamiento materialista y consumista. Tras el síndrome de niño regalado, se conciben los bienes materiales como única forma de satisfacción personal.
Tips para el Síndrome del niño hiperregalado
Aprende a poner límites
Los límites son fundamentales y necesarios en la educación, ya que permiten establecer un orden y proporcionan seguridad a los niños y niñas. Reduciendo el número de regalos no le estarás haciendo ningún mal a tus hijos/as, más bien al contrario, les enseñarás a valorar las cosas y a mantener la ilusión.
¿Cómo podemos poner límites a los regalos de forma saludable? Podemos seguir estos tres sencillos pasos:
- Siéntate con tu hijo/a y pídele que te cuente qué regalos le gustaría pedir en Navidad, preguntándole por qué, cómo le gustaría jugar con ellos, con quién le gustaría compartirlos… Esta pequeña conversación puede servir para tomar consciencia de lo que realmente le van a aportar, y de lo que resulta importante para él o ella.
- Establece un orden de prioridades. De esta forma sabrás cuáles son las cosas que realmente le hacen ilusión, reduciendo la posibilidad de comprar artículos que se queden sin usar dentro de un cajón.
- Habla con tus familiares sobre el síndrome del niño regalado, para que en la medida de lo posible intenten evitar una invasión de regalos. Si los Reyes Magos o Papá Noel pasan por su casa, puedes facilitarles la tarea asignándoles uno de los regalos elegidos. De esta forma, matas dos pájaros de un tiro.
Practica el Autocontrol
La presión a la que nos vemos sometidas las personas en nuestro día a día puede dificultar nuestra capacidad de manejar nuestras emociones y, en consecuencia, nuestras acciones.
Sé coherente
Todos sabemos que la inmensa mayoría de las veces, frases como “si no te portas bien, los Reyes no te traerán regalos” no son verdad. Los regalos van a llegar siempre, ya sea en la propia casa, o en la de otros familiares, en mayor o menor cantidad.
Es más recomendable no hacer afirmaciones como éstas, ya que sólo sirven para que pierdan la credibilidad en los adultos y aprendan que, hagan lo que hagan, los regalos llegan sin esfuerzo.
Intenta pasar más tiempo con tus hijos/as
Muchos padres y madres sienten, de manera más o menos consciente, cierta culpabilidad por tener que trabajar muchas horas fuera de casa y no poder dedicar más tiempo a estar con sus hijos/as. Esto puede llevarles a querer regalar muchas cosas para poder demostrar de alguna manera el amor que sienten hacia ellos/as, fomentando y potenciando así el síndrome hiperregalado.
Pero recuerda: lo que más le gusta a los niños es pasar tiempo con sus padres, y no hay regalo material, ni objeto físico que lo sustituya.
Si eres de las personas que les faltan horas en el día, focalízate en que el tiempo que le dedicas a tus peques sea de calidad.
Escucha nuestro podcast #76, ¿influye en la educación que ambos padres trabajen fuera de casa?
¿Y si sucede? La importancia de la Inteligencia Emocional
Aunque hayamos hecho un trabajo previo con nuestros hijos e hijas, y con el resto de los familiares, no siempre podemos controlar la cantidad de regalos que reciben.
- Si ocurre esto, podemos utilizar estrategias como dosificar los regalos en vez de tenerlos todos disponibles al mismo tiempo. Así evitaremos que se sienta sobrepasado/a y lograremos crear más momentos de ilusión repartidos en el tiempo.
Y relacionado con la Ilusión, no dejes de leer aquí nuestro artículo La Ilusión de la Navidad.
- Otra opción es poner en práctica la fortaleza de la Generosidad y plantearle la opción de compartir o donar los regalos que menos utilice con niños y niñas que no tengan tantos recursos.
- La Inteligencia Emocional no sólo nos proporciona herramientas útiles a la hora de conocer y manejar nuestros propios sentimientos y emociones, sino que ayuda a nuestros hijos e hijas a hacerlo. Si quieres saber cómo, no dejes de leer nuestro post “Inteligencia Emocional en niños/as: Qué es y sus beneficios”.
La infancia es la etapa más importante para el neurodesarrollo de las emociones. Los padres y madres somos referentes para nuestros hijos/as también en lo que a gestión emocional se refiere.
Unos cuidadores competentes harán que la experiencia emocional del menor sea más adaptativa, permitiéndole no sentirse avasallado por las emociones y consiguiendo un mejor desarrollo interpersonal e intrapersonal.
Si quieres y te interesa conocer más sobre cómo mejorar tu Inteligencia Emocional, solicita información sin compromiso sobre nuestro curso de experto en Inteligencia Emocional y Psicología Positiva.
Un podcast relacionado con este tema y que seguro te resulta muy interesante es nuestro podcast #112 para poder identificar y potenciar las fortalezas de los más pequeñ@s.
Ponte los cascos, sube el volumen y disfrútalo:
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